La frase clásica nos recuerda: «Ten cuidado con lo que pides, porque te puede ser concedido» y luego ya no tiene remedio, añadiría el sentido común…
Así que, siendo conscientes de que nuestras peticiones pueden ser escuchadas, es de gran trascendencia que las llevemos a cabo adecuadamente.
ALGUNAS OBSERVACIONES A TENER EN CUENTA
- Pedir únicamente aquello que nuestro Ser Interno sienta profundamente como conveniente.
- Para acceder a nuestro Ser Interno podemos recurrir a técnicas meditativas, de tal manera que logremos el silencio de la mente para poder escuchar nuestra auténtica voz interna.
- Es muy importante realizar la petición de una manera clara, exponiendo con exactitud aquello que deseamos recibir.
- Además, para ser atendidas, es imprescindible que las peticiones vayan acompañadas de emoción y sentimiento.
- Como nunca vamos a tener la certeza absoluta de qué es lo más conveniente para nosotros aquí y ahora, es recomendable añadir después de la petición la fórmula “…si es lo más conveniente para mí, en armonía con el Universo”.
- Cuando la petición afecte a otra persona, resulta completamente imprescindible que añadamos la fórmula “…si es lo más conveniente para él (para ella, para ellos o para ellas), en armonía con el Universo”, ya que realizar demandas para otros implica intentar modificar el transcurso de su vida (con las consecuencias kármicas que podría llegar a acarrear).
- Conviene añadir finalmente “Ya está concedido. Gracias”, como si realmente lo solicitado ya se hubiera hecho realidad.
- Las peticiones expresadas en voz alta son más efectivas que las realizadas solo mentalmente.
- Las peticiones escritas y firmadas son especialmente efectivas.
- Si aplicamos a las solicitudes energías de alta vibración, estaremos potenciándolas.
EL KARMA CONDICIONA
- Hemos de tener en cuenta que el karma personal puede dificultar notablemente e incluso impedir la concesión de determinadas solicitudes concretas (si bien es cierto que cuando la persona se involucra con responsabilidad y es tratada con las técnicas pertinentes, puede lograr importantes remisiones del karma negativo que le esté condicionando).
- Ciertamente, el Universo podría amnistiar el karma negativo de alguien en un instante (eliminándolo del todo o en parte), pero sin duda somos conscientes de que eso solo ocurrirá muy excepcionalmente, ya que nuestra evolución personal se basa en tener experiencias vitales, aprender de los errores y asumir las consecuencias de nuestros actos en las diferentes encarnaciones.
- En consecuencia, tendremos que aceptar que, habitualmente y de manera general, el karma negativo de una persona influirá en que pueda recibir o no determinados favores, por más que los solicite.
EL PESO DE LAS CADENAS
- A veces, el rol de chivo expiatorio familiar, voluntario o no, podría dificultar que nuestras solicitudes sean atendidas.
- También las dependencias en forma de devociones inadecuadas y promesas eternas que nos aten a situaciones de otras vidas, podrán limitar las posibilidades de ser escuchados.
- Ahora bien, si quienes se encuentren en esas circunstancias se involucran con responsabilidad y son tratados con las técnicas pertinentes, podrían llegar a liberarse de numerosas cadenas del pasado.
LAS PROMESAS NO SIRVEN
- Si buscamos asegurarnos la concesión de una demanda expresando promesas («si se me concede tal cosa, prometo hacer tal otra»), conviene que sepamos que el Universo no se dejará influir por esos intentos de «manipulación», menos aún cuando provengan de personas con formación y criterio.
- Ciertamente, los actos virtuosos crean karma positivo y quienes lo acumulen estarán en mejor situación para solicitar ayudas para sí mismos y para otros, pero los actos meritorios han de realizarse siempre antes de expresar peticiones y sin esperar nada a cambio, solo por compasión y el afán de actuar conforme al dharma.
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