© Copyright Carlos Calvo – Fundador de Sanación con Energía Regenerativa, Sanación de Coherencia Regenerativa, Armonización Mental-Emocional, Sanación Fotónica, Sanación con Luz, Sanación con Energía Primordial y Christ Energy Healing
El Canal Central de energías en correspondencia con el cuerpo físico finaliza en su parte superior con el Séptimo Chakra – Corona, sobre la cabeza. A unos 20 cm del anterior y ya sin correspondencia con el cuerpo físico, se encuentra el Octavo Chakra – Estrella del Alma.
El Alma inmortal, que no se diluye con la muerte y nos acompaña de encarnación en encarnación, es la encargada de recordarnos de manera subconsciente las misiones que corresponden a los diferentes momentos de nuestra vida presente.
Las misiones de vida se ponen de manifiesto en todo aquello que, de manera conjunta:
- Sana nuestras heridas.
- Nos reafirma la autoestima.
- Nos ayuda a crecer como personas.
- Nos permite ser útiles a los demás.
Estar cumpliendo las misiones de vida aporta la percepción intuitiva de estar siguiendo el camino adecuado y de, globalmente, estar haciendo lo conveniente en cada fase de nuestra vida presente.
Cumplir las misiones de vida libera karma negativo, acrecienta méritos y facilita el sendero del dharma. Asimismo, evita que en una encarnación siguiente hayamos de volver a intentar finalizar las misiones no completadas en su momento (además, cuando una misión no se realiza en las circunstancias iniciales previstas, puede que su “repetición” termine resultando más incómoda).
En general, el Alma se conecta al sistema energético de las personas a través del Octavo Chakra del Canal Central. Así que si el Octavo Chakra se muestra activo y brillante, junto con un Canal Central limpio, luminoso, dinámico y de paredes firmes, ello facilitará que la persona pueda captar de manera intuitiva qué misiones de vida le corresponden y ha de intentar en ese momento.
Por el contrario, si el Octavo Chakra se muestra bloqueado u oscuro, o bien el Canal Central aparece sucio, sombrío, inactivo y con paredes débiles, la persona encontrará grandes dificultades para captar de manera intuitiva sus misiones de vida.
Si bien lo común es que el Alma esté conectada con el Octavo Chakra, no siempre ocurre así.
Tener establecida la conexión con el Alma a través de un chakra más alto que el 8º, es bastante probable que lleve a pensar, sentir y actuar de un modo peculiar, que no podríamos calificar de inarmónico. Se tratará de personas con tendencias espirituales y puede que con algunas dificultades para manejar las relaciones personales y los asuntos cotidianos.
En cambio, quienes tengan establecida la conexión con su Alma a través de un chakra por debajo del 8º, sí manifestarán por ello aspectos inarmónicos (más llamativos y complejos cuanto más alejada esté la conexión del Octavo Chakra).
Pueden presentarse diversas complejidades relacionadas con el Alma:
– A veces ocurre que un fragmento del Alma se ha quedado anclado a un tiempo pasado o a una vida anterior (habitualmente debido a una experiencia traumática); pues bien, mientras no se incorpore de nuevo ese fragmento al Alma, ésta no podrá desarrollar su papel orientador de modo pleno.
– Más complejo es el hecho de quienes tienen alojada el Alma en otro plano o en otro universo. Cuando ocurre esto, la persona presentará en su Canal Central una especie de antena repetidora, con la función de establecer conexión con el Alma (conexión que nunca podrá ser de la misma calidad que cuando se establece directamente a través del Chakra Octavo del Canal Central). Esto podría darse con cierta frecuencia en quienes hayan encarnado por vez primera en el planeta Tierra, si aún mantienen conexiones con su “mundo anterior”. Serán personas que de alguna manera “viven en su mundo” y les cuesta adaptarse a los condicionantes del entorno.
– Incluso puede ocurrir que la propia persona mantenga prisionera y “anulada” su Alma dentro de una cosmovisión errónea (sea por mentalidad estática, educación coercitiva, influencia de líderes sectarios o cualquier otra causa).
En realidad, la casuística de la situación del Alma de las personas puede ser de lo más variada.
Para tratar las inarmonías de la situación del Alma, serán necesarios tres pasos:
-
- Lograr evaluar de manera certera la situación del Alma.
- Que la persona decida libre y conscientemente qué desea modificar al respecto, si es que decide planteárselo. Habrá que tener en cuenta que, en ocasiones, el receptor no deseará cambiar su statu quo vital por diferentes motivos. Incluso podría darse una especie de “horror al vacío” por lo que pueda venir después (ajustándose al popular refrán de que “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”).
- Que el terapeuta cuente con las técnicas y la capacidad necesarias para orientar y ayudar a llevar a cabo las modificaciones que el receptor haya decidido.
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